Las proyecciones espaciales no siempre son fáciles de comprender como proyecciones planas, y no es arriesgado afirmar que carecen de valor para un estudiante ciego, aun representadas en relieve. Como tampoco son significativas las metáforas de luz, sombra y penumbra para las personas que perddieron la vista a edad temprana. Se ofrece aquí una primera aproximación a una solución experimental, plenamente háptica e inclusiva, a partir de un problema poco frecuente.