Era de justicia -nunca habría estado de más- hacer frente a las críticas negativas y rechazos que -generalmente por desconocimiento- siguen contribuyendo a mantener posturas despreciativas del braille; que llegan incluso a oponerse a su enseñanza-aprendizaje. Aunque sólo sea por unos minutos, vale la pena repetir argumentos de base, actualizar el estado de enfoques más dinámicos e invitar a todos a abordar nuevos desafíos con esfuerzos renovados.