Transcripción de texto 05

ACTIVIDADES MANIPULATIVAS INCLUSIVAS

CON FICHAS DE DOMINÓ

(Grupo “Actividades manipulativas inclusivas”)

Motivación y objetivo

Esta charla va dirigida tanto a profesores como a padres, como a los propios interesados de cualquier edad. Son actividades y juegos a realizar exclusivamente con fichas te dominó. Finalidad fundamental, desarrollo de la motricidad fina. En muñeca, manos y dedos. Imprescindible para la vida de una persona que no ve o que tiene dificultades graves de visión. Tanto para el estudio como para la vida diaria.

La motivación principal me la proporcionaron personas que atienden a menores y adultos ciegos en África.

Siempre que he enviado materiales sobre todo relacionados con la escritura y la lectura braille también incluía juegos como el ajedrez, naipes marcados en braille, el cubo de Rubik y juegos de dominó. El juego de dominó pensando en el desarrollo táctil, al tener que reconocer los puntos, y la manipulación de las fichas, relacionada como digo con la “motricidad fina”, sobre todo. Pensaba también en los juegos relacionados con el cálculo mental. De los que no voy a tratar ahora.

Como digo, estas personas me hablaban del interés, y lo divertido que resultaba para los niños y los jóvenes la realización de configuraciones y construcciones con las fichas.

Por ello, he procedido a la recopilación de diversos tipos de juegos -otros son de diseño personal-, que pienso, pueden ser ilustrativos para personas que atienden a niños o se relacionan con personas ciegas.

Son actividades y juegos para realizar como “solitarios”. Es decir: como “desafíos con uno mismo”. Pero también se pueden usar como juegos entre varios jugadores.

Para los videntes resultan mucho más sencillos, porque pueden controlar mediante la vista la situación de las fichas ya colocadas y la colocación cuidadosa de nuevas fichas. Pero también los niños y adolescentes videntes necesitan desarrollar el sentido áptico.

Material necesario

Material muy simple: un juego de dominó ordinario, que se puede adquirir en cualquier establecimiento de juguetes, de juegos o en por internet. Pero voy a precisar algunas características que lo hacen más adecuado a nuestro propósito de desarrollo de la motricidad fina y del tacto.

En primer lugar: “higiénico”. Es decir “lavable”.

Por lo tanto, metacrilato, vidrio, cerámica. El plástico, por su ligereza, en ocasiones no es recomendable. La madera, por supuesto, desaconsejable.

En segundo lugar: “aristas y vértices vivos”.

Los bordes redondeados van a dificultar las construcciones en vertical y el ajuste en los alineamientos.

No hay temor de que puedan lastimarse los jugadores: los niños son muy cuidadosos al utilizar los elementos de juego.

En tercer lugar: “dimensiones”.

La proporción 1:2:4 es la adecuada. En general, los que se venden en el comercio, los que se han enviado a África y se pueden obtener en cualquier establecimiento son de 1 centímetro de espesor, 2 centímetros de ancho, y 4 centímetros de largo.

Esto permite ajustar perfectamente las fichas entre sí, los alineamientos.

Y tienen además un efecto secundario muy interesante: iniciar en la estimación de longitudes, de dimensiones.

Y en cuarto lugar: son preferibles los juegos de dominó que tienen los puntos “hundidos”, no en relieve, como cabezas de clavo, que luego van a dificultar las construcciones en vertical.

Y dos recomendaciones finales.

Lo primero es jugar sobre una superficie completamente lisa y horizontal.

Si se va a jugar sobre una superficie inclinada, como puede ser el pupitre del aula, casi me atrevería a recomendar el santo suelo -de baldosa, por supuesto- o el alféizar de una ventana.

Y en segundo lugar: una tela o tejido que dificulte el desplazamiento involuntario de las fichas. Puede servir la propia “lámina de caucho” para dibujo. Aunque para construccciones extensas puede resultar escasa.

Y una última observación: no importa que el juego de dominó esté incompleto. Es decir: que se hayan extraviado algunas fichas. Para estas construcciones, de desarrollo de las habilidades táctiles y de motricidad fina, no es necesario que esté completo.

Sí sería necesario que estuviera completo para jugar al dominó, la garrafina, Chamelo, etcétera. Sin embargo, sirven para construcción de configuraciones y también para cálculo mental, aunque falten fichas.

Vocabulario

para facilitar la comunicación nos pondremos de acuerdo en la nomenclatura.

En una ficha de dominó se distinguen:

  • La “cara”, donde se encuentra los puntos y el clavillo que facilita el desplazamiento para mezclar las fichass.
  • La “espalda” o “dorso”, su paralela.
  • Las “caras laterales”. Tenemos: las dos largas o “lados” y las dos cortas o “extremos”.

Posiciones. Pueden ser:

  • “Acostada”, sobre el “dorso”, con los puntos a la vista.
  • “Boca abajo”, con los puntos mirando hacia la mesa.
  • “De canto”, sobre un lado.
  • “De pie”, sobre un “extremo”.

Destrezas requeridas

¿Qué destrezas sápticas son necesarias para estos juegos?

En principio, ninguna. Precisamente es el objetivo del desarrollo de la agudeza y exploración táctiles y de la motricidad fina.

En concreto, en cuanto al tacto se persigue el reconocimiento de los puntos, exploración y agudeza táctil con cada uno de los dedos y reconocimiento de contactos y alineamientos.

En cuanto a la motricidad fina está cómo retener la ficha, cómo colocarla, la aproximación al lugar destino. Esto supone un dominio del espacio próximo, coordinación bimanual, localizar el destino y dominar el centro de gravedad de la ficha.

Y, por último, desarrollar la capacidad de representación interior de la configuración que se quiere alcanzar con las fichas en la construcción.

Y todo ello sin que tengan carácter propositivo. Es decir, lo importante es jugar, alcanzar la configuración en el menor tiempo posible con la mayor perfección posible.

Variantes

En cuanto a variedad de juegos, se puede decir que es casi ilimitada.

Si se trata de un juego entre varios jugadores habrá que ponerse previamente de acuerdo En la forma de puntuación y el número de errores o fallos en cada ensayo.

Para “desafíos con uno mismo”, como serán los que Aquí se van a tratar, el objetivo es “batir récords”. Y hay dos variables fundamentales:

  • Una, el número de fichas que se va a emplear. Que en algunos casos va a ser limitado, o todo el juego de dominó.
  • Y segunda, el tipo de configuración a construir. Que voy a permitirme agrupar en cinco tipos:
    • trenes y cadenas,
    • superficies y recintos
    • culebras
    • monumentos o torres sencillas
    • edificios o torres propiamente dichas.

Trenes y cadenas

Colocar las fichas sobre la mesa, acostadas, con puntos a la vista, de forma que estén “alineadas”. Es decir, cada una en contacto con otras dos, salvo el inicio y el fin.

Lógicamente. Es la actividad más sencilla. Pero exige de todas maneras, el ejercicio del tacto y motricidad fina para localizar donde debe colocarse la próxima ficha y colocarla de forma adecuada.

Variantes:

  • Primero el número de fichas a colocar.
  • Segundo, el tipo de configuración: alineamiento rectilíneo, en ángulo, en U, en zig-zag, en escalera…
  • Tercera, posición de la ficha respecto del jugador. Que puede ser: paralelo al eje de simetría corporal, que llamaremos “vertical”, o “transversal”, que llamaremos “horizontal”.

Esto da lugar a variantes del tipo “ritmo”; es decir, la posición entre fichas sucesivas, o el número máximo de fichas en determinada posición. La alternancia entre horizontales y verticales, por ejemplo, da lugar a que el contacto, que deberá ser un extremo de una con la cara lateral o lado de la otra, pueda ser en paralelo o alterno a su vez -es decir: por cuadrados distintos-.

  • Y luego ya tenemos condiciones o variantes del tipo “número de puntos de los cuadrados de contacto de las fichas”.

Podemos poner condiciones de que al menos haya un número de coincidencias, o que no haya coincidencias.

  • Luego están las variantes de construcción: que sea paralelo al plano del pecho del jugador. Incluso la construcción de izquierda a derecha o de derecha a izquierda. O que sea conforme al eje de simetría del jugador: de arriba a abajo o de abajo arriba. O en oblicuo: deS.O a N.E., por ejemplo, o viceversa. Etcétera.

Superficies y recintos

En principio son tipos de juegos diferentes. Pero la manipulación es la misma. Es decir, fichas “acostadas sobre la mesa”, en posición horizontal, sobre el dorso.

En un caso -las superficies- de forma que determinen superficies compactas; Es decir: sin espacios vacíos interiores.

Y en el caso de los recintos, por el contrario, que dejen espacios vacíos interiores; puede ser uno o más. Y además que la línea cierre o frontera y los tabiques de separación interiores si los hay, sean sencillos. Es decir, que cada ficha solo esté en contacto con una anterior otra posterior. Salvo aquellas en las que hay contacto con los tabiques de separación interior.

La variante más importante es el número de fichas a utilizar en la construcción.

Otra variante es la posición de las fichas que puede ser lo que hemos llamado vertical, paralelo al plano de simetría del jugador o bien horizontal perpendicular a este.

También se pueden poner condiciones sobre la forma del perímetro de la configuración, que no tiene por qué ser rectangular siempre. Puede haber cierres en escalera en alguno de los lados o que la configuración global sea una cruz griega o latina, etcétera.

Tomando comunidad de superficie cada uno de los dos cuadrados de una ficha. se puede calcular el área total de una superficie compacta, o bien el de las fichas en horizontal o de las fichas en vertical.

Exactamente igual para los recintos: se puede calcular la longitud de la frontera cierre y la superficie de los espacios vacíos interiores.

Se pueden poner condiciones de que haya un número mínimo de cuadrados contiguos con igual número de puntos o -un desafío importante en el caso de las superficies- Que no haya dos cuadrados con el mismo número de puntos.

Culebras

Culebras o culebrillas. Juego conocido y atrayente.

Dado un cierto número de fichas, colocarlas de pie, alineadas y separadas, de forma que una vez colocadas todas y empujando la de un extremo, ésta derribe a la segunda y ésta a la tercera, etcétera., hasta derribar todas.

Esto exige que las caras se encuentren prácticamente paralelas. Aunque esto va a depender de la configuración.

Como variantes y desafíos tenemos el número de fichas, por supuesto.

La configuración, que puede ser en alineamiento rectilíneo o viene en forma de “U” o de “S”. Esto supone que las caras no estén completamente paralelas.

Otro aspecto es la distancia entre fichas contiguas. O si se quiere el desafío de alcanzar la longitud máxima con un determinado número de fichas.

Luego hay variantes en la orientación de las fichas, es decir que todas las caras tengan la misma orientación o que tengan orientación distinta, alterna o dos en un sentido y otra en otro, etcétera.

Al caer, las fichas producen un sonido muy sugerente.

Monumentos o torres sencillas

Actividad: colocar fichas superpuestas en vertical sobre el plano de la mesa, de forma que no cierren espacios en ningún nivel.

Objetivo: colocar un cierto número de fichas según la configuración que se acuerde o bien alcanzar el mayor nivel o altura para una cierta configuración.

Variantes

Primero: número de fichas por nivel. Puede ser una ficha, dos o más.

Si es una, a su vez, hay otras variantes. La posición de la ficha. Si va a estar de costado o de pie.

Si son varios niveles, se puede considerar también la posición de acostada y boca abajo, en horizontal.

También se puede considerar la orientación respecto del jugador. Es decir, si las fichas estarán de frente, de espaldas o de costado.

En segundo lugar, el contacto de fichas entre niveles.

Por ejemplo: si el contacto será por el canto, lado mayor, entonces puede ser “contacto total” o puede ser “parcial”, con un cierto desplazamiento paralelo; pero también pueden las fichas estar cruzadas, bien en perpendicular, bien formando ángulos. A su vez, que en niveles sucesivos vaya alternando el tipo de contactos, o vayan formando una hélice, si son cruzados. Etc.

También se puede considerar la orientación de las caras en cada nivel.

Si son dos fichas por nivel, por ejemplo, entonces si están en posición “de canto”, el contacto entre las fichas puede ser por los dorsos, en compacto, ajustando completamente los dorsos, o bien con un desplazamiento en paralelo. O bien puede ser un contacto de un extremo con el dorso o de la otra formando una “T” o formando un ángulo. Incluso por aristas, formando ángulos agudos.

Y después combinar niveles de una o dos fichas, según que figura en los distintos niveles: mantener la misma configuración por nivel o o que sean cruzadas o alternando. Etc.

Para tres fichas podemos imaginar que puede ser la posición de las tres fichas por cada nivel: formando “S”, o formando “H”, o simplemente alineadas.

Como se ve las distintas configuraciones es una variedad prácticamente ilimitada.

Y queda abierto el campo para la creatividad y el sentido estético del jugador.

Por supuesto tendrá que desarrollar el tacto fino para localizar las fichas sin derribarlas, y el control de movimiento para colocar la nueva ficha.

Edificios y torres

Es un juego tradicional, bien conocido, de construcciones de edificios o torres con fichas de dominó.

En todo es semejante a la construcción de monumentos, sólo que harán falta por lo menos tres fichas por nivel, y de manera que determinen espacios cerrados; cerrados o parcialmente cerrados. Por ejemplo: en el nivel inferior, se puede dejar un un espacio como “puerta”, o puede dejarse abierto como una corraliza; o bien en niveles superiores se pueden dejar espacios como ventanas.

Objetivos y variantes: prácticamente como en el caso de los monumentos.

Ahora bien, para los edificios será normal dejar después de cada nivel, o cada dos o tres niveles de fichas, según se acuerde, cubrirlos mediante fichas en horizontal, acostadas o boca abajo, que hagan las veces de techo, suelo, separación entre pisos o niveles.